30/4/08

Beat It

Llego un poco tarde, pero llego.

Vicky ha ganado Fama, como tenía que ser, habiendo descartado la posibilidad de que Álex pudiera acceder también al premio. Posiblemente, aunque hubiese llegado a la final, las cosas no hubiesen salido muy diferentes, porque la de Salamanca ha sido, desde el principio, una de las preferidas, y de las más currantas.

La gala fue lo más interminable que he visto en mi vida, con una forma de timar al espectador que daba hasta miedo. Reabrir, cerrar momentaneamente, reabrir y cerrar otra vez las líneas... si las votaciones no variaron lo más mínimo.

Qué cara la de Hugo cuando fue el cuarto eliminado. Qué guapo que estaba Jacob. Qué grande Rafa cuando dijo sin más que para él, la ganadora era Vicky, sin duda alguna. Y qué grande la coreografía que se hizo Sergio Alcover con sus preferidos (xD) y más esmerados en el street-dance, con la canción de Michael Jackson. ¿Quiénes eran los protagonistas? Los más grandes de Fama, y los dos triunfadores que fueron realmente los que peleaban por esa beca en Los Ángeles. Vicky y Quique han formado siempre una pareja fuerte, y si no hubiese sido porque los profesores decidieron tomar las riendas en ese asunto, habrían ganado también la final de parejas.

En fin. En parte agradezco que finalmente termine el programa, porque hacía tiempo que no podía ver uno entero y no me enteraba de la mitad de las cosas que pasaban.

Como es evidente, todos salen de ahí con trabajo (Álex en el Bollywood... ¿no había algo de más renombre y de su estilo en lo que le pudieran meter?). Era lo suyo. Lo que me mata es la gira a la que van a someter ahora. Por dios, dejadles descansar y que se encuentren con los suyos. Por cierto, ¿alguien sabe si Lorena sigue teniendo a su novio de antes de entrar en la Escuela o finalmente lo ha cambiado por Álex? Bueno, ahí es meterse demasiado en la vida personal de esta gente. Lo que sea mejor para ellos y que nadie salga herido. Suerte a todos xD (força Álex, que eres grande como tú solo, niño!!).

Poco más. Evidentemente, paso mil de Fama School xD. Si también lo viera probablemente mi hermano me echaba del piso. Uhm, pensándolo bien...

:D

PD: Pronto "Semana 3".

28/4/08

Lemon Tree

Volver a casa siempre sienta bien. O eso dicen.

Llegué a Mallorca a las... 23:13, más o menos. Pisé el aeropuerto unos diez minutos después, y fue entonces cuando me di cuenta, aunque parezca mentira, de lo que echo de menos trabajar ahí. Sé que no es el trabajo de mi vida. Sé que aguantar a los guiris cuando pierden las maletas no es tan apasionante como parece. Sé, aunque poco (porque en ese aspecto siempre he tenido bastante suerte), que los retrasos no nos hacen gracia, y menos si son de madrugada. Pero es un trabajo dinámico, en el que no estás quieta. Y aparte de los compañeros, siempre encontrarás a alguien que te invite a un café y con el que te olvidarás del resto de las cosas y te limitarás, simplemente, a pasártelo bien charlando de absolutamente nada.

Antes de llegar al aparcamiento, ya sabía que una de las cosas que más añoro de Mallorca es el poder usar un coche e ir a donde me dé la gana. Aunque no lo parezca, el cumplir 18 años y que mi padre me empujara un poco a que me sacara ya el carnet de conducir, se convirtió en el primer paso de la independencia. Ya sabéis que en Mallorca no hay que fiarse del transporte público, y tener que depender de alguien que pueda llevarte a donde tú quieras ir a veces es muy molesto (y la gente no siempre está dispuesta a llevarte). Así que el 9 de Septiembre de 2004, cuando por fin me dieron mi carnet, estaba más feliz que unas pascuas, y en seguida cogí el coche. Lo malo es que en 20 días me iba a Barcelona. La vuelta a Mallorca en verano significaba adquirir de nuevo ese tipo de pequeña independencia. En BCN el transporte público va como la seda (al menos para mi). Pero para mí no hay color.

Cuando llegué a casa, todos los pesos que iba cargando durante estas últimas semanas desaparecieron sin más. Todo se hizo más fácil. Por un momento me olvidé de las responsabilidades, de los alquileres, de las deudas, del trabajo, del piso, de los problemas, y me limité a estar en casa y charlar con mis padres de cómo iba la vida.

El domingo tenía que ir a buscar a unos familiares al aeropuerto. Me reencontré con antiguos compañeros. Gente que esperaba que ya empezase la temporada. Y a mi se me crispaban, a medias, los nervios pensando que este verano a lo mejor no vuelvo a casa en verano. Sé que es lo que tengo que hacer. Si me lo proponen, quedarme en BCN, encontrar esa estabilidad que posiblemente me haga falta. Solo que me pregunto si realmente es ese el lugar donde tengo que quedarme. Muchos dirán que sí. Terminar lo que he empezado. No entregarme a la vida del trabajo. Hacer lo que quiero hacer. Conservar lo que tengo. Pero no puedo evitar sentir ya esa añoranza de levantarme a las tantas de la madrugada para llegar al aeropuerto con una sonrisa y hacer mi trabajo. Después de tres veranos ahí, los lazos se han creado y no retomarlos provoca nostalgia. Y no hay color entre estar en el piso y estar en casa, con mis padres.

Hoy se me acaba el chollo. De hecho, estoy a un cuarto de hora de irme al aeropuerto y volver a BCN. No diré que en el FNAC no estoy bien, porque estoy genial. Y por supuesto también me dolería que finalmente tuviera que irme. Pero me dolería mucho menos que no poder volver a casa. Tengo el corazón partido, como Alejandro Sanz. Aunque en otro sentido.

23/4/08

Fama, ¡tongazo!

A pesar de las idas y venidas del concurso (esos primeros programas nefastos en cuanto a realización [que todavía tienen fallos importantes]), me confieso seguidora de estos bailarines. De unos más que otros, vamos. Pero no tengo ningún reparo en afirmar abiertamente que este nuevo programa de la tele-basura (porque en realidad, no es otra cosa... que todo lo quieren esconder con sueños de juventud, y lo que vale aquí es el dinero que da la audiencia) me ha enganchado. Quizás porque a mi también me gusta bailar (no tanto como a ellos, pero vamos), quizás por que alguna vez pensé que antes o después, me saldría la vena artística de este tipo y haría algo grande. Menos mal que se quedó en eso, en un pensamiento... y tengo la justa moralidad para no arriesgarme tanto en la vida (lo justo, gracias).

Me evitaré comentar todo el proceso del programa, porque, aunque alguien no lo siga, supongo que de algo se habrá enterado. Diré que, como todos, he encontrado grandes injusticias (me parece estupendo que se quiera representar a toda la sociedad española, pero hasta mi madre [que el ritmo no es lo suyo] baila mejor que Marcos), me sobraba algún que otro profesor (seamos realistas, Marbelys sabe bailar sí, pero sin su ayudante se hubiese notado que montar coreografías no es lo suyo... y a veces es hiriente), y Víctor es lo menos natural que se ha echado en cara la televisión últimamente.

En cuanto a los concursantes, pues evidentemente tengo mis predilectos. Por suerte, ninguno de ellos ha caído por el camino... y los que empezaron flojo se están comiendo poco a poco a los demás (véase a Jacob). No he entendido jamás las pasiones que levanta Hugo, un tío bastante normal con una actitud a veces un tanto chulesca (al menos él lo reconoce). Creo que Mery se ha ido desinflando poco a poco. Juan Carlos puede ser todo lo cabrón que él quiera, pero muchas veces tiene más razón de lo que la gente tiende a creer, y como bailarín es espléndido. Sigo sorprendiéndome por lo antítesis del ballet que es el cuerpo de Lorena. Y otros comentarios que podría ir diciendo de cada uno pero que no hace falta. Nombraré a tres personas en especial, por ser mis predilectos... y que, lamentablemente, y por culpa de este país, que no tiene ni idea de votar, a uno se le ha acabado la historia (al menos dentro de la escuela, que seguro que fuera no le faltará trabajo). Al principio Quique me caía bien. Lo veía un gran tipo, que pillaba enseguida las coreografías. Luego, noté cierta prepotencia o falsa modestia que le llaman... pero ahí seguí. A pesar de los venazos que le dan (sobre todo en las galas), el tío sabe afrontar las cosas con dos coj****. Se aplica a cualquier estilo... y sinceramente, es un crack. Me sorprendió la pasión por su novia, que cuando entró en Fama, sólo llevaba con ella unos dos meses. Y a veces me planteo que, si él no hubiese ido por la casa con su cojín de Vane, las cosas entre él y Vicky serían de otro color xD.

Vicky ha sido quizás, la que más ha evolucionado y en la que más se ha notado. Sin nociones (o casi sin) de clásico, la tía se ha comido con patatas hasta su compañero. Primero, era Quique quien eclipsaba al público. Los profesores lo decían. Pero con el paso de las coreografías, los días, las clases y demás, Vicky ha sido capaz de valerse como bailarina, creando su propio estilo, y ha sido ella la que más ha brillado últimamente. Aparte, que la muchacha es una delicia de chica, con más de cuatro dedos de frente con tan solo 19 años. Ya les gustaría a muchas ser tan espabilada como ella a esa edad. Si no hubiese sido por lo que ha pasado hoy, el domingo estaría con el corazón partío (xD) por mis dos preferidos.

Pero ah, la audiencia es MUY ESTÚPIDA y acaban de echar al grande entre los grandes. Yo no sé en qué cabeza cabe que un tipo como Álex se vaya por la puerta de atrás del programa. Es que ni tan siquiera le han dejado al menos, llegar al domingo. Todavía estoy flipando en colores cuando Paula ha dicho que eran Álex y Sonia los que hoy se iban. Me parece ciertamente indignante que una pareja de ese calibre (más por Álex que por Sonia) se haya visto pisoteada por el bajo nivel que pueden tener otras (como es el caso de Jandro y Paula). Sinceramente, pensaba que las papeletas se las iba a llevar Susana (cuando quedaban las dos parejas por escuchar el veredicto). Sé que es el final del programa, y que hay que ir echando a las parejas... pero venga ya... Yo creo que no he visto el mismo programa de TV que el resto de España. Quizás es por que desde el 10 de Marzo no he podido ver ningún programa entero, excepto los domingos, por culpa del trabajo. Quizás es que la gente ha visto que Álex perdía brillo, cuando yo lo he visto igual o más entusiasmado que antes, currándose unas coreografías, tanto grupales como individuales, de las de aquí te espero. El bailarín con más imaginación, con más estilo. Con más fuerza. Que el chaval era una delicia de persona, y un crack como bailarín. ¿En qué cabeza cabe? El sistema de votación era el de Salvar. ¿Qué se ha fumado la gente? ¿Qué prima aquí? ¿Que caiga bien? ¿Que sea guapo?

En fin, todavía estoy flipando. Me ha parecido la ostia de frustrante verlo caerse al suelo y llorar, preguntándose "¿Por qué?". ¿Por qué? Eso me pregunto yo. En este programa, la forma de valorar a las parejas a veces me ha parecido muy cuestionable. Pero he pecado una vez más en confiar en el público televisivo de España, que posiblemente se habrán limitado a salvar al guapo de Hugo y a su novia Mery. Que serán buenos, pero no hay color. Con Álex no hay color. Ayer mismo lo decía. "Si no gana Álex, este programa no ha tenido ningún sentido". Porque el chaval representa exactamente lo que Fama busca. El bailarín perfecto.

Que sí, que todo el mundo es libre de votar a quien le de la gana. Pero con dignidad por favor. Y con dos dedos de frente. Ya lo decía él... "Demasiado feliz estoy". Nos han timado, señores.

Vergüenza de votaciones. Vergüenza de audiencia. Vergüenza de país.

19/4/08

Semana 2.

Se había acordado, mientras pasaban los días, de otro momento en el que cruzó con él más que un hola, cuando todavía no había aparecido el interés en forma de obsesión. Él se había limitado a estar cortés, justo y a la vez, distante y frío. Y ella lo había interpretado como un signo de educación, esa pequeña muestra de respeto que no todos la dan.

Ahora, después de casi 1 mes desde que coincidieron al recoger sus papeles e intercambiar el que era el de uno con el del otro, veía ese distanciamiento de otra forma. Daba nuevas figuras a las sombras y se inventaba nuevos nombres para disfrazar las obviedades ya establecidas. Se volvía a tapar los ojos. No todo el mundo es capaz de asimilar y encajar un gran golpe con dignidad. Cada uno, a lo largo de su existencia, había ideado sus propias formas de evadirse de la realidad y a la misma vez, afrontarla.

Hoy había llegado al trabajo desde el distanciamiento precavido, después de las conclusiones a las cuales ella misma se había forzado a llegar, pero todavía ansiaba encontrárselo en el área de descanso, mientras se preparaba para su fugaz siesta típica de los(sus) viernes, o ya dormido. Pero no estaba. No quiso darle muchas vueltas, porque no tenía más significado del que propiamente tenía.

Aún así, horas después no pudo evitar pensar en ese preciso momento en el que entró por la puerta y la sala estaba vacía. Estaba sola. Esa fue la primera imagen que apareció en su mente, de forma instantánea, cuando finalmente descubrió que tenía pareja. Después de esa desoladora visión, se acompañó a sí misma con una sentencia llena de autocompasión “Así estaré, a partir de ahora, más tranquila… ya no tengo motivos para crear expectativas y/o esperanzas”. La tercera fase que experimentó en poco más de dos minutos fue ese sentimiento demoledor debido a esa sentenciadora confesión que nos deja completamente fríos sin saber cómo reaccionar, deseando poder echar atrás en el tiempo y fingir que esas palabras no se habían dicho y que por lo tanto, no tenían validez alguna.

La única facilidad que encontró en el mismo momento en el que se le partía un poco más la felicidad pasajera fue que, efectivamente, él tenía libre. Y no habría cruces con saludos distantes.

16/4/08

El Libro de las Ilusiones

Todos, en algún momento de nuestra vida, sentimos que tanto machaque-crítica positiva a algún tipo de producto, crea en nosotros cierto rechazo. A mi me pasa bastante a menudo, para qué voy a mentir. En todos los aspectos. En cine, en música, en TV, en libros... Harry Potter, por ejemplo, es un claro ejemplo de ello. Tanto los libros como las películas. Y es que es curioso realmente, ver cómo se va haciendo la bola cada vez más grande. Y el rechazo se hace todavía mayor.

Nunca me había interesado Paul Auster. Más que nada, porque realmente no sabía quién era, ni qué escribía. Alguna referencia de Teresa, y algunos libros de mi padre por casa, pero poco más.

Hace algún tiempo, en el FNAC, tenían varios libros suyos editados de una misma colección. Me entretuve mirando los títulos y en algunos casos, leyendo la contraportada, a ver de qué iban. Los títulos ya hablaban por sí solos... Y realmente, no sé por qué finalmente me decanté por este, pero fue el que me llevé. Ayer lo terminé y todavía no sé qué pensar sobre el libro. Creo que no me he llegado a empapar al 100% de él. Me ha gustado la historia... cómo se ha ido entrelazando todo, las similitudes entre un fantasma que se convierte en realidad y en el propio protagonista. Las decisiones que se toman. Los cambios drásticos. Me ha gustado el juego de Hector Mann. Todo el misterio que le ha rodeado a lo largo del libro y que, ya finalizado, todavía le rodea. Pero hay algo que no acaba de encajar. Y no sé qué es. No es la forma de escribir, porque me parece espléndida. Es algo de la historia. Cómo acaba. Las últimas 30 páginas parecen un mero entretenimiento... una prisa para acabar el libro. No me ha dejado un mal sabor de boca, pero no ha sido de esos libros que te quedas agusto con el final y a la vez, te fastidia haberlo terminado.

Probablemente, vuelva a por más de Paul Auster (para empezar, me gustaría conseguir "La Invención de la Soledad" y "En el País de las Últimas Cosas"). Y ahora que me fijo en imdb...el hombre ha adaptado a la pantalla "La Vida Interior de Martin Frost" (una de las películas que hace Hector Mann, personaje casi central del libro que nos ocupa, durante su penitencia-castigo), así que a ver si algún día me hago con ella y me la miro.

En fin, ahora toca "El Santuario" de Anne Rice. Creo que el primer capítulo me lo he leído como tres veces y nunca he ido más allá (esa época en la que no acababa ningún libro que empezaba). Pero bueno, esta vez es diferente.

Otro día más!

13/4/08

Semana 1.

La primera vez que recordaba haberlo visto, se había parado junto a ella durante diez segundos. Había susurrado un “gracias” y había vuelto sobre sus pasos. Solo recordaba eso. Estaba demasiado nerviosa en su segundo o tercer día de trabajo (tampoco lo sabía a ciencia cierta cuándo fue), como para retener cada detalle de la escasa conversación que tuvieron. No se fijó, entonces, demasiado en él, excepto en lo que desentonaba en aquel lugar. No era como las demás personas que estaban ahí. Al menos, así lo creía ella.

Cuando se paraba a pensar en las siguientes veces que lo vio, no recordaba demasiado, excepto un escueto “Hola” cordial cuando se cruzaban en el pasillo, por trabajar en la misma empresa. Cada vez que se cruzaba con él, se fijaba, fugazmente, en la acidez de su mirada. En la seguridad que transmitía. La seriedad y la experiencia que reflejaban sus ojos. Semanas después dedujo que era por la edad que tenía, cuando descubrió cómo se llamaba y que acababa de cumplir años. Unos cuantos más de los que ella pensaba.

Había algo de curioso en la relación entre hombres y mujeres, pensaba. Incluso en el momento antes de iniciar esa relación (ya fuera de amor o de amistad), hay un espacio temporal en el que no se sabe que esa persona existe… hasta que pasa algo que la hace entrar en el campo de interés. Había sufrido casos más drásticos (como trabajar con un hombre durante todo un verano, y que él le confesase que ya habían trabajado el año anterior juntos durante una semana, y que ella ni se acordara de su cara), pero tampoco era muy diferente. Comenzó a fijarse más en sus pequeños detalles (la sonrisa, su forma de caminar, su manera de comunicarse con la gente, la seriedad con la que la saludaba) después de haber soñado una noche con él. Poco a poco, pasó de la fijación a la obsesión.

No fue hasta un tiempo después que se paró a pensar si esa pequeña obsesión era por el simple hecho de que apareciera en uno de sus sueños o porque realmente encontraba algo especial en él. Intentaba analizarlo desde un ángulo neutral, pero se veía influenciada por otros factores. Su soledad, su necesidad de cariño, esa constante falta de alguien a su lado. Hacía poco, se había visto recompensada por un abrazo fuerte y cariñoso por un amigo, que le confesó verla algo abatida y solitaria. En ese mismo momento, se había desmoronado, sintiendo cierta nostalgia que bien sabía de dónde venía.

Su punto de vista, por mucho que intentara ser objetivo, se veía influenciado pues, por diversos sentimientos. Quizás su mente le había jugado una mala pasada y había escogido a la persona errónea, porque no veía que existiera la posibilidad, por parte de él, de un acercamiento. Se dijo a sí misma que si todo era tan complicado (realmente no lo era, sólo que tenía ansias de que todo ocurriera cuanto antes), era porque no debía de ser él. Porque, posiblemente, no estuviera interesado (tuviese o no pareja). O quizás realmente, él merecía ese tipo de atención… y ella la recibía de él, pero los dos eran tan tímidos que ninguno se decidía a dar el paso.

Antes de llegar al día en que concluyó que todo debía de pasar más despacio y sin forzar nada, había intentado establecer conversación con él. Acercándose a su sección para pedirle cualquier cosa, hacer una pequeña broma (jamás escuchada), o cuando se pasaba él por su mostrador, incitándole a hablar. Pero él se limitaba a las formalidades. Y ella volvía cada vez más frustrada a casa, pensando en que realmente, no había ninguna opción. Que ese interés no era recíproco. Intentó buscarle defectos para alejarlo de su mente. Pero siempre volvía con su mirada ácida. Cada vez que la recordaba, intentaba encontrar mejores palabras para describirla, pero así la sentía. Una mezcla de acidez y experiencia. Que la retaba. Pero no era capaz de aceptar el reto. Y él parecía insistir más bien poco.

A pesar de llegar a una conclusión, él parecía negarse a dejar libre su mente. En cada esquina, aparecía él. Se repetía una y otra vez a sí misma que las cosas tenían que salir naturales. Que si no existía interés, poco a poco, se iría deshaciendo el encanto (y su recuerdo en la memoria), y lo volvería a mirar como la primera vez. Por encima, sin reparar en los detalles, y siendo meramente cordial para susurrar un saludo. Y que, en el mejor de los casos… él estaba ideando algún tipo de plan para poder establecer una conversación y desarrollar, para empezar, una relación de compañeros de trabajo, que no se limitan simplemente al saludo.

No quería implicarse demasiado, por miedo al rechazo. Había comenzado de la nada. Había tenido suerte incluso de conocer su nombre. ¿Dónde debía de dibujar la línea para tener un límite? Quizás ya era tarde para establecerla, y la había pasado. Excepto tres datos, poco más conocía de él. ¿Estaría en la misma situación de no ser por el sueño?

Intentando no darle demasiadas vueltas (más de las que ya le había dado), se planteó ir al trabajo con otro tipo de pensamiento. Mantenerse alejada. No hacer más movimientos. No más búsquedas. Si no le veía venir, entendería que no existiera ningún tipo de interés. Desharía el sueño. Volvería atrás para descruzar la línea. Y no más “Gracias” condescendientes por su parte.

12/4/08

¿Y esta? ¿Y esta...? ¿...y esta?

Basta ya de indecisión. Ya sé que si todo el mundo fuera documentado a comprarse una cámara, no se necesitarían vendedores para recomendar cualquier cosa... hasta la mínima nimiedad como puede ser una correa para llevar colgada la susodicha compacta. Ya sé que a veces puede ser lioso...

... pero otra cosa es la típica persona que no escucha cuando le estás hablando. Te piden que les aconsejes, pero 1)no dejan que acabes nunca lo que estás diciendo, 2)te preguntan por octava vez lo que le has respondido, hace nada, por séptima vez. Algunos tienen, como comodín, un ser humano que no pasa del metro, pegados a ellos como una lapa (esas cosas llamadas hijos)... y que tocan todo lo que tiene un color más llamativo que el simple y elegante negro, como son el rosa chillón o verde fosforito (porque sí... las casas se dedican a diseñar este tipo de aberraciones).

Cuando realmente no saben qué hacer porque lo que les estás recomendando sale de su presupuesto, se plantean otras opciones y empieza la odisea del "¿Y esta? ¿Y qué diferencia hay entre esta y esta?"... "¿Y entre esta y esta? ¿Y esta y esta?" "Pero es que esta va con pilas y yo quiero batería" o "Tiene poca resolución, ¿no?" "Uy, uy, qué fea". Y un no acabar, porque se repiten las mismas cosas ochenta veces... porque al llegar al tema del vídeo, se han olvidado qué zoom tiene y con qué tarjeta va. Y por supuesto, te lo vuelven a preguntar. Y se extrañan que no vayan ni con tarjeta ni con funda. Y es un vuelta a empezar en busca de KITS que sí lo incluyan, pero que tengan exactamente todas las características que han mencionado antes.

Lo digo desde aquí, gente. Panasonic y Canon. Más megapíxels si hacéis ampliaciones grandes. Estabilizadores ópticos y si puede ser, que el zoom que tengan empiece en 28mm (gran angular). Si la encontráis, la Ixus 70 de Canon está genial por el precio al que está ahora. Y sino... y podéis gastar un poquito más de dinero, la 80 o la 90 de la misma gama.

Y basta ya de comuniones. Voy a hacer una etiqueta a una Olympus FE210 que va a pilas y lleva tarjeta y funda, en la que ponga "IDEAL PARA COMUNIONES".

6/4/08

Keep On Walking

El mundo va de mal en peor. Y yo vuelvo a leer. Hacía tiempo que no conseguía terminarme un libro, pero después de empezar (y terminar) una pseudo-biografía de Marilyn Manson y acabarme, finalmente, "El Sirviente de los Huesos" de Anne Rice, empezado 9 meses antes, he vuelto al mundo de la lectura y en una semana me he leído "El Libro de los Muertos", el regreso del agente del FBI Aloysius Pendergast, un gran personaje de la literatura de hoy en día, que... si alguien lo tuviera que interpretar en el cine, desde luego, no sería Johnny Depp, por mucho que los autores así lo digan.

Hace tiempo me hice una lista de al menos 6 libros que tenía que leerme, sí o sí, y por orden. Al finalizar hoy "El Libro de los Muertos" ya quería alterar el orden, pero me he mantenido firme, y sigue pues "El Libro de las Ilusiones" de Paul Auster. Después, "El Santuario", volviendo a Anne Rice y a la saga en la que definitivamente, vampiros y brujas se unen. Seguiré con "El Color de la Magia", del maestro Prachett... una bocanada de aire fresco y humor. Y acabaré con "Cántico de Sangre", también de Anne Rice. Cuando vaya por el tercero, me volveré a hacer otra lista para seguir a raja tabla. Y es que leer cultiva a la gente. Creo que todos deberíamos hacerlo. Y perder el hábito puede hacer mucho daño. Yo estoy más feliz que una perdiz por haber recuperado mis ansias de lectura.

Poco más. Si alguien sabe de alguna saga o novela que me puede gustar o que me tendría que leer, ya sabéis... que yo cogeré un boli y un papel y las pondré en la lista.

Por cierto, Charlton Heston ha muerto. Ahora sí que le pueden quitar el rifle.