29/3/09

As I'm Leaving

Cuando la gente me pregunta que por qué me voy, siempre contesto de la misma forma con la que Galadriel le confesó el motivo a Frodo por el cual partiría a los Puertos Grises (lo que usaba también en aquellas noches largas del ircap): "Mi tiempo aquí ha expirado". Mucha gente piensa que voy a volver. Quizás lo haga, quizás no. Pero de momento, mi plan es quedarme en Mallorca el mayor tiempo posible. Y si salgo de la isla, será para hacer viajes de vez en cuando.

Recogiendo poco a poco, haciendo la maleta para mis vacaciones de Semana Santa, me doy cuenta de las cosas que una persona puede acumular durante cinco años. En lo que ya no se usa. En lo que ya no se dice. En las cosas nuevas a las que aferrarse. En lo que se pierde. Lo que se gana.

Lo que más me asusta no es lo que dejo atrás, que duele. Lo que más me asusta, a pesar de lo que quiero, es el futuro. Pero pienso en ello y me agobio. Y no quiero llegar a casa agobiada. Quiero pensar desde otra perspectiva. Tomarme mi tiempo para disfrutar lo que he perdido y quiero recuperar (la ilusión, la primera visión de todo). Estar con mis padres, de una forma u otra. Cuidarme a mí misma. Y retener mi independencia.




22/3/09

Nana

"[...]De pie delante de un armario estilo Regencia de nogal con vetas oscuras y un enorme espejo de cristal biselado en la puerta, Helen acaricia las guirnaldas y los pergaminos labrados y dice:
- Hazte inmortal conmigo.
Igual que este mueble, viajando de una vida a otra, viendo morir a todo el mundo que nos ama. Parásitos. Estos armarios. Helen y yo, las cucarachas de nuestra cultura.
De un lado a otro del espejo de la puerta hay una rayadura vieja hecha con su anillo de diamantes. De la época en que odiaba esta basura inmortal.
Imaginen la inmortalidad, donde incluso un matrimonio de cincuenta años parecería un rollo de una noche. Imaginen ver tendencias y modas pasar a su alrededor como manchas borrosas. Imaginen cambiar de religión, de casa, de dieta, de carrera, hasta que ninguna de ellas tengan ningún valor. Imaginen viajar por el mundo hasta aburrirse de cada metro cuadrado. Imaginen sus emociones, sus amores y odios y rivalidades y victorias, desarrolladas una y otra vez hasta que la vida no es nada más que un culebrón melodramático. Hasta que contemplan el nacimiento y la muerte de otra gente sin más emoción que se contemplan las flores cortadas y marchitas al tirarlas.[...]"

Chuck Palahniuk

3/3/09

Las Intermitencias de la Muerte

"[...]Atención,, pues, a la lección moral. Érase una vez, en el antiguo país de las fábulas, una familia integrada por un padre, una madre, un abuelo que era el padre del padre y el ya mencionado niño de ocho años, un muchachito. Sucedía que el abuelo ya tenía mucha edad, por eso le temblaban las manos y se le caía la comida de la boca cuando estaban a la mesa, lo que causaba gran irritación al hijo y a la nuera, siempre diciéndole que tuviera cuidado con lo que hacía, pero el pobre viejo, por más que quisiera, no conseguía contener los temblores, peor aún si le regañaban, el resultado era que siempre manchaba el mantel o el suelo al dejar caer la comida, por no hablar de la servilleta que le ataban al cuello y que era necesario cambiarla tres veces al día, en el desayuno, al almuerzo y a la cena. Estaban las cosas así y sin ninguna expectativa de mejoría cuando el hijo decidió acabar con la desagradable situación. Apareció en casa con un cuenco de madera y le dijo al padre, A partir de ahora comerá aquí, sentado en el patio que es más fácil de limpiar para que su nuera no tenga que estarse preocupando con tantos manteles y tantas servilletas sucias. Y así fue. Desayuno, almuerzo y cena, el viejo sentado solo en el patio, llevándose la comida a la boca conforme era posible, la mitad se perdía en el camino, una parte de la otra mitad se le caía por la boca abajo, no era mucho lo que se le deslizaba por lo que el vulgo llama canal de la sopa. Al nieto no parecía importarle el feo tratamiento que le estaban dando al abuelo, lo miraba, luego miraba al padre y a la madre, y seguía comiendo como si nada tuviera que ver con el asunto. Hasta que una tarde, al regresar del trabajo, el padre vio al hijo trabajando con una navaja un trozo de madera y creyó que, como era normal y corriente en esas épocas remotas, estaría construyendo un juguete con sus propias manos. Al día siguiente, sin embargo, se dio cuenta de que no se trataba de un carro, por lo menos no se veía el sitio donde se le pudieran encajar unas ruedas, y entonces preguntó, Qué estás haciendo. El niño fingió que no había oído y siguió excavando en la madera con la punta de la navaja, esto pasó en el tiempo que los padres eran menos asustadizos y no corrían a quitar de las manos de los hijos un instrumento de tanta utilidad para la fabricación de juguetes. No me has oído, qué estás haciendo con ese palo, volvió a preguntar el padre, y el hijo, sin levantar la vista de la operación, respondió, Estoy haciendo un cuenco para cuando seas viejo y te tiemblen las manos, para cuando tengas que comer en el patio, como el abuelo.[...]"

José Saramago

1/3/09

Tree Of Life

Pepe Rubianes ha muerto. Un gran hombre ha muerto. Descanse en paz.