21/12/09

La Flaqueza del Bolchevique y otros sofás


A este fin de semana, todavía lluvioso, se le ha añadido el hecho de que también he estado convaleciente: un resfriado de esos que cansan y te aploman el cuerpo. Y para aprovechar la necesidad de hacer reposo, mi padre y yo nos hemos pegado un pequeño maratón de cine.

El primer día, durante toda la tarde (yo tapadita con mi edredón en pleno sofá), fuimos capaces de digerir las cuatro películas de Alien. Y os digo que es una ardua tarea. Al menos después de ver el final de la segunda, donde todo empieza a adquirir el típico carácter de rizar el rizo. La primera, del amigo Ridley Scott, está considerada como la obra maestra de ciencia ficción de la época. Desde luego, para aquel entonces, la película tenía sus dificultades, pero está tan bien hecha que es de las que aguantan, como jabatos, el paso del tiempo. Sobra decir que es, de lejos, la mejor de las cuatro películas que se han hecho sobre nuestro amigo Alien.

La segunda, incluyendo una fuerza militar y varios borregos para hacer gracietas, todavía se puede digerir como algo lógico. Ripley lleva viajando por el espacio durante 57 años, sin que le salga una sola cana en el pelo. Parte de la población se ha instalado en el susodicho planeta del cual salieron los amables e inteligentes Aliens. Y como quien dice: la curiosidad mató al gato. Así que ahora llama a Ripley a que arregle el asunto.

Explotado el nido en cuestión y salvada la niña una se pregunta: ¿Y entonces qué puñetas se inventan para que haya una tercera parte? Y claro, subidos al burro, no nos íbamos a bajar si no habíamos llegado al final del camino.

Mira tú qué casualidad que en la nave con la que consiguen salir del planeta llevaba un huevo dentro. Y con la excusa del hipersueño, nadie se entera de nada. Todos mueren, menos Ripley, claro, y llegan a un planeta alejado de la mano de Dios... Ah no, que Dios estaba entre ellos, en forma de predicaciones. Bueno, que David Fincher tuvo la mala suerte de que esta fuera una de sus primeras películas en serio (mucho antes de sus magníficas "Seven", "The Game" y "El Club de la Lucha"... a años luz del bodrio que nos ocupa), y que resultase la más aburrida (quizás porque tenía más carga de diálogo moral, por decirlo de alguna manera, que no acción). No voy a entrar en detalles. Porque Ripley se queda embarazada de la nueva reina Alien y nadie sabe por qué (se intuye, pero no tiene ni pies ni cabeza). Al final, Ripley se sacrifica para que, de una vez por todas, la raza de los Alien y su amenaza a la humanidad desaparezca. Y todos creíamos que hasta ahí llegaría la cosa.

Pero no. Porque hay una cuarta película. Sí, esa en la que sale Winona Ryder y nadie sabe todavía por qué. Y casualmente también vuelve a salir Ripley. ¿Pero cómo, si está muerta? Pues porque las entidades gubernamentales, con muchos medios ellos, consiguieron una muestra de sangre a partir de la cual se han dedicado, durante 200 años, a clonar a Ripley. Y clonando a Ripley, se clonaba al ente que llevaba en el vientre. Cágate lorito. Ahora resulta que Ripley Clon tiene sangre Alien y los suyos, que han sido cultivados por el gobierno para crear una arma de destrucción, pretendiendo amaestrarlas (já, ríome yo), la reconocen. Pero todavía quedan chispas de lucidez en alguna que otra mente humana (y en la de un cylon... perdón, la de un robot), y se niegan a que los Alien tomen las riendas del mundo. Mientras tanto, la Reina Alien ha entrado en un segundo ciclo, según dice el amigo Grima Lengua de Serpiente... Ay perdón, Brad Dourif en su papel de Dr. Gediman, ya que Ripley le ha otorgado el don de parir. Así que olvídate de ir poniendo huevos por ahí. Ahora, si quieres un hijo, vas a tener que sufrir un parto como Dios manda. ¿Y qué sale de esa unión? ¿De esa mezcla de Alien-Humano? Un Alien con cara de Michael Jackson (RIP) y que sabe manipular, engañando y confundiendo emociones. Ripley tiene una ida de olla con "su hijo" y al final, por narices, se lo tiene que cargar con un "Perdóname" muy sentido por en medio. ¿?¿? Pero vamos a ver... Bueno, como dijo Teresa ante la incrédula invención de los guionistas de "Indiana Jones 4", mejor ni me molesto en decir nada.

Cuando me fui a dormir, medio drogada con paracetamol, pensé que tendría una noche movidita soñando con Aliens. Pero dormí como un bebé.

Y para acabar con el fin de semana, el domingo dominguero vimos "Blindness", la adaptación de Meirelles del grandioso libro "Ensayo sobre la Ceguera", de José Saramago. Mi padre, fiel a la tradición, se durmió durante un par de escenas (mayoritariamente las de la cuarentena), pero según él, aguantó y vio "la mayor parte de la película". Sobra decir que cuando fui a verla al cine me pareció una gran adaptación cinematográfica de un libro tan complicado. Al ver el tráiler en su día (lo que me incitó a leerme el libro antes de que saliera la película) me emocioné por la buena pinta que tenía la historia. Después de leerme el libro (y quedar impactada... porque realmente creo que es uno de los libros que más me ha impactado a lo largo de mi vida de lectora) y volver a ver el tráiler, mis ansias crecieron más. Me acuerdo que quedé con un amigo, también fan del libro, para ver la película. No pudo venir, y yo ya estaba en el cine, así que entré sola. Creo que fue mejor así, porque me permitió disfrutar más de la película, en mi propia intimidad. Un segundo visionado me ha servido para cerciorarme de que las buenas adaptaciones cinematográficas existen, y que sólo hace falta que el que lo haga, tenga un respeto consagrado por la obra. No como el desgraciado que hizo aquel bodrio de "La Reina de los Condenados"...

Por la noche tocaba una película del amigo Luis Tosar. No hace falta decir que el amigo, aparte de tener una presencia masculina total (...), es uno de los mejores actores españoles de los que podemos disfrutar cada X tiempo en X películas (que no películas X's, eh). Y en el 2003 se animó a hacer de Pablo López, "el Bolchevique". No me he leído el libro (quizás algún día lo haga, nunca se sabe), pero la película en sí me parece que tiene una fuerza sobrenatural. La relación que se establece entre Pablo y María (una chica de unos 16 años... o menos) es fuerte y a la vez, es de una fragilidad que quita el aire. Todo ese imposible que rodea al hecho de que un hombre mayor entable, como mínimo, una conversación con una chica en medio de un parque. Ver que el hombre se enamora... que no puede respirar sin ella y y que es consciente de que así no se hacen las cosas... Y que sea ella quien diga "No. No importa lo que digan los demás. Yo estoy bien contigo"... El espectador también sabe que no es lo correcto. Que hay ciertos límites que no deberían pasarse. Pero lo que se ve es amor. Respeto. Y uno no sabe posicionarse. Al menos yo. Sé que puede ser este un tema escabroso, así que lo voy a dejar aquí, por si alguien se me ofende o me malinterpreta.

Sobra decir que Luis Tosar está genial (me encanta la escena en la que va conduciendo por Madrid, con una canción dolorosa de fondo, y se seca una lágrima... me parece tan tajante el sufrimiento de saber que no puede ser...). María Valverde se llevó un Goya como actriz revelación por su papel, no sé si justificado (porque no sé quiénes eran las otras nominadas ni vi sus trabajos), pero la verdad es que está más que correcta en la película, y sabe controlar la situación.

La película tiene una carga constante. Una entidad invisible que hace presa de la historia y atrapa al espectador. La música acompaña de una forma delicada y entrañable. Y lamentablemente, el final, abrupto, cruel y quizás, poético, nos deja plantados en el sofá-butaca-silla, preguntándonos qué es lo que acabamos de ver y cómo podemos interpretarlo.

¿Y qué aprendemos de este fin de semana de cine? Que hay pequeñas obras maestras discretas que se esconden en la estantería entre otras películas quizás más llamativas pero con menos mensaje. Que hay secuelas que jamás deberían hacerse. Y que José Saramago se emocionó al terminar su visionado de la adaptación de Meirelles. Gracias a todos los que todavía lucháis por un cine amable, cruel y real. Gracias por el cine con sentido, con garra. Gracias a los que se atreven a contar pequeñas grandes historias que conmocionan y nos hacen disfrutar. Y gracias, Luis Tosar, por existir.

PD: Ha muerto Brittany Murphy. Con 32 años. De un ataque al corazón. Desde luego que el 2009 se lleva la palma con muertos del mundo del cine. Descanse en paz.

1 comentario:

Alonsa dijo...

Sí, graciñas Luis! xD
"La flaqueza del bolchevique" la vi cuando estaba en Vigo. La pillé una tarde en el videoclub y me mantuvo con al aliento contenido durante lo que quedaba del día. Porque la terminas de ver y aún la tienes dando vueltas en tu cabeza durante un buen rato.

Estoy leyendo Ensayo sobre la ceguera.

Lo del ataque al corazón de Brittany Murphy me ha dejado helada. 32 años que tenía... se me ha puesto la carne de gallina :S

P.D. No me ha dado tiempo a ver My Blueberry Nights :(