15/2/10

7. Matt Saracen, Spider y Life

Haciendo una limpieza relativa en mi fuente seriéfila, me he dado cuenta de unas cuantas cosas:

1. Nunca he hablado de Mad Men en el blog. Qué falta la mía. Quizás no lo he hecho porque, a pesar de ser una gran serie (genial ambientada, interpretada y con muy buen guión), no me siento realmente identificada con ella. Como dije a Teresa, es el tipo de serie que le gusta a ella. Pero que le gusta de verdad. Disfruta de esa época. De esas copas en el trabajo, con los cigarros... Y las formas de Humphrey Bogart que pululan por doquier. A mi me gusta la serie. No lo voy a negar. También me gustó Los Soprano, pero siempre dije que nunca fue una serie realmente mía. No voy a dejar de verla. No después de ese final de segunda temporada con el que me deleitaron hace algún tiempo. No después de demostrar que es uno de los mejores dramas que hay en televisión en la actualidad. Pero ya sabéis... desde un sitio un tanto más neutral y quizás, más distanciado.

2. Echo mucho de menos Life. Echo de menos las manzanas de Crews. Sus cintas sobre zen. El coche agujereado que conducía. Sus batallas verbales con Reese. Echo de menos al novio de Reese. Incluso echo de menos a Olivia (aunque el mismo cuerpo pero no la misma mente se pasea por Mad Men). No sé por qué pensé que Lie To Me ejercería sobre mí como una especie de antídoto ante el dolor por la ausencia de Reese y Crews. Ya sé que son dos series que no tienen nada que ver. Pero pensé que podría servir como alternativa. Me quise agarrar a la estúpida idea de que Lightman y Foster podrían ser un buen método de distracción. No quiero quitar méritos al amigo Tim Roth (jamás osaría), pero desde luego Life era una serie bastante superior, más dinámica y mejor formada que la del detector humano de mentiras. Maldigo a la NBC por cancelarla. Y me alegro de que Heroes siga siendo la misma mierda que en realidad fue siempre (cuán ciegos estuvimos todos durante la primera temporada) y que estén a puntito a puntito de cancelarla.

3. Hablando de dejar de ver series (episodio 6 de la 3ra en Héroes. Episodio 8 de la 4ta en Prison Break), me he propuesto acabar con la tontería de: a) Private Practice. La verdad es que Addison Montgomery es un personaje de los pies a la cabeza (y Kate Walsh es endiabladamente guapa... creo que si fuese lesbiana estaría totalmente enamorada de ella), pero el resto de personajes ya me resultan insulsos (desde que se fue el casado [que pasea su cuerpo entre jóvenes con las que pasar la noche y curarse del divorcio en Cougar Town, la nueva serie de Courteney Cox, que sí, también estoy viendo] y crearan esa situación odiosa para Violet, nada es lo que era... bueno, en realidad, nunca fue nada)... Como mucho veré hasta el crossover que se marcaron con Anatomía de Grey (ah, vuelves a estar en la estela de lo que un día fuiste!) en el que Sloan se vuelve a meter entre las sábanas de Montgomery, y luego... dejaré de perder mi tiempo. B) Gossip Girl. Lo siento por Chuck Bass (!!) y Blair Waildorf, pero no quiero tener que aguantar 30 minutos del resto de personajes estúpidos que pululan por la serie (empezando por la insufrible Serena) para sólo ver 8 minutos de interacción entre los verdaderos reyes de la serie. Sé que no tiene sentido pedir un spin-off para estos dos, porque entonces perderían todo su encanto, pero no aguanto más. Y la curiosidad, en este caso, no me puede más. Me alegro de haber sido testigo del cambio del amigo Chuck, pero el odio que profeso a Serena Van Der Woodsen es infinitamente y desproporcionalmente mayor a todo lo demás. Y no. No voy a dejar de ver The Vampire Diaries. Al menos no de momento. ¿Por qué? Porque quiero que me sorprendan. Stefan cada día me gusta más. Elena tiene dos dedos de frente (parece mentira). Y tengo fe de que en algún momento aparezca un vampiro realmente cautivador.

4. Cuando Canal+, en su momento, emitió Frasier, siempre quise verla. Pero no tenía la ocasión. Llevo detrás de ella bastante tiempo, y por fin estoy empezando a conseguirla. Siempre me llamó la atención la serie sobre el psiquiatra con un programa de radio. Y cada vez que podía ver algún que otro capítulo suelto, el padre y sus salidas me parecían lo mejor del episodio. Con el permiso de Niles, claro. Ahora, por fin, estoy a esto (!) de conseguir las once temporadas que tuvo la serie y disfrutar como una enana de un poco de humor sobre psiquiatras que entienden a todos menos a ellos mismos. Qué ganas le tenía a esta serie... Desde siempre. ¡Y ya está aquí!

5. Bones. O Brennan y Booth. O Booth y Brennan. Creo que no hay más motivo para justificar el que también, por fin, haya conseguido la serie. Y también, le tengo unas ganas... que ahora mismo me falta tiempo. Más que nada porque no quiero pasarme el día pegada a la pantalla... ¡Pero se me acumulan tantas cosas! Ay, por fin, y a pesar de saber las resoluciones de según qué tramas y, también, saber que sólo fue un sueño, quiero ver el por qué, el cómo y... estaré ahí para cuando el momento llegue.

6. La segunda temporada de Friday Night Lights ha sido más humana y menos deportiva. Algunos dicen que es la temporada más floja (los que han visto las 4). Probablemente, así sea. Pero quizás ha sido necesaria para comprender a según qué personajes y llevarles hasta dónde han llegado. Sí que es cierto que he echado de menos esos partidos frenéticos ganados en el último momento (como diría mi padre: ¿Pero quién se cree eso? Pues el fiel espectador carente de prejuicios, xD)... y a Matt con su "Blue 80!!! Blue 80!!! ... READY... HUT, HUT!!!!". Pero hemos visto cómo los Taylor superaban una crisis. Cómo Julie, todo sea dicho de paso, se ha convertido en una niñata insufrible que espero que cambie, porque no quiero que un pain-in-the-ass me moleste a lo largo de los capítulos. Cómo, finalmente, Riggins ha aceptado lo que siente y luchará por ello. Y desgraciadamente, el eslabón perdido de Matt Saracen no encuentra la recompensa por todos los sacrificios que hace día a día (en serio, ¿por qué maltratan tanto a este personaje?).

7. Anatomía de Grey o "el regreso de la sombra de Burke". Hasta que no ha ocurrido, nunca me he dado cuenta de que ansiaba el momento en que Christina Yang explotara y hablara sobre lo que pasó con Preston Burke. Gracias a Hunt y sus esfuerzos por quererla, hemos tenido, en los últimos capítulos, raciones dolorosas de aplastante sinceridad por parte de Yang. Siempre me ha gustado su personaje por su acidez y bordería, pero cuando está involucrada en relaciones sentimentales se hace grande. Y los guionistas nos deleitan con momentos como el penúltimo capítulo en el que Christina describe cómo le robaron pequeños trozos de ella hasta deshacerla. Yang Power.

8. Dexter, Californication, Damages, Desperate Housewives, In Treatment, Pushing Daisies, 30 Rock. Estos son los pesos pesados que tengo pendientes. Dos temporadas de Dexter. Dos temporadas de Californication. Una de Damages y media de Desperate Housewives. Todos los 44 capítulos de la segunda de In Treatment. Y lamentablemente, la última temporada de la cancelada Pushing Daisies. Dos temporadas enteras de 30 Rock. Los tengo ahí. Presentes. Planeando al fondo de mi cabeza. Reprochándome mi falta de atención. Reprochándome que, en vez de ponerme con ellas, me distraigo con otras nuevas. Friday Night Lights, Cougar Town, Entourage, Frasier, Bones, Skins, Carnivale, Modern Family, Los Tudor. No lo puedo evitar. Tengo una lista interminable de temporadas pendientes y una lista interminable de series que debería ver. Quiero abarcar tanto en tan poco espacio, que me voy dejando las cosas por el camino. Pero llegará el momento... lo juro, llegará el momento en el que sienta que estoy al día con todo y que, finalmente, puedo disfrutar de las dos grandes joyas de la 3ra y 4ta temporada de Dexter y todo lo demás que me falta. No los pierdo de vista. No señor.

9. Caprica. Preludio de Battlestar Galactica. Todavía no la he visto. No sé si quiero hacerlo, aunque la forma de MrMacguffin de hablar sobre un personaje me ha despertado la intriga. No es que no me llame la atención. Pero me siento un poco ajena a la serie. BSG supuso para mi toda una revelación, y considerada como una de las mejores series que he tenido la ocasión de ver, no quiero crearme expectativas en base a algo que la única relación que pueden tener es una línea histórica. Quiero decir... no habrá Starbuck. No estarán los Adama. Ni Cavil para hablar sobre su cuerpo humano que tanto aborrece. No habrá nada de todo lo que implicó a los personajes, a la historia, y a la nave. Tengo el capítulo. Es sólo que no me atrevo a verlo.

10. Lost. Sólo tengo que decir una cosa en referencia al 3er capítulo: WHAT!?!??!?! Vale, sí. Se podía deducir a lo largo del capítulo. Pero esa última imagen... Impactante. Impaciente por el próximo capítulo.

11. Spider, de Patrick McGrath. Un libro opresivo, oscuro, temeroso. El reflejo de un hombre atormentado por su pasado. Un hombre resguardándose en diferentes compartimentos de su cabeza, elaborando así una telaraña que desarrolla todo lo que nos cuenta. El olor a gas. El ático. Los cigarrillos que fuma. El desarrollo de una personalidad esquizoide torturada por las voces y las mentiras. Un relato muy bien escrito y muy descriptivo que nos acerca al mundo de la locura de alguien a quien le arrebataron lo que más quería y le hirieron donde más dolía. Los últimos capítulos son realmente desgarradores... Y las descripciones que hace el protagonista de su propio cuerpo y estado impactan por la sinceridad con la que siente la muerte de su cárcel física y la inminente liberación de su alma.

12. Los Tudor. Primera temporada ya vista. El amigo Rhys Meyers interpretando a un endiablado y egoista Enrique VIII, rey de Inglaterra y follador nato, al que le interesa, por encima de todo, tener un descendiente varón. Lo que se ve en la primera temporada son las idas y venidas de un rey que se preocupa más por sí mismo que por el pueblo sobre el que gobierna. Los que le rodean susurran y conspiran. Otros le ayudan a conseguir sus metas. Y por suerte, Sam Neil no ha pasado de la primera temporada (doy gracias por que odiaba a su personaje y odiaba su interpretación). Bien ambientada. Con buenos guiones. Y una espléndida Natalie Dormer en su papel de Ana Bolena... No hay que desmerecer el trabajo de Meyers que, por regla general, está bien, pero en algunos momentos resulta un poco exagerado (quizás el rey era realmente así de exagerado... quién sabe). Quedan todavía dos temporadas más con las que disfrutar de los engaños y la tiranía de un rey egocéntrico a más no poder. Eso sí, hay series que me gustan más (mucho más). Pero creo que esta es una serie que merece la pena y con la que se puede aprender un poco de historia (igual que en Roma, la cual, evidentemente, está muy por encima de Los Tudor... Eso sí, hay que tener en cuenta que son dos canales de televisión totalmente diferentes y que unos sueltan más dinero que otros).

13. En Noviembre, cuando estuve en Londres con mi señora madre, hubo un momento de relax en la habitación del hotel en el que vi un anuncio de una serie inglesa por la tele. Misfits. Era nueva. Todavía tenían que empezar a emitirla. Me quedé con el nombre, y seguí mi vida. En Enero me pude hacer con la primera temporada de la serie que me vi en dos tardes (no os escandalicéis, que sólo son 6 capítulos). Original. Con personajes adorablemente mezquinos pero con ese fondo bueno que todos sabemos que tienen. Y partiendo de la premisa que no todo el mundo quiere superpoderes y menos unos jóvenes que en realidad sienten que no tienen nada que hacer con ellos. De la misma cadena que emite Skins, serie que destaca por sus jóvenes personajes y su trama (y de la que también dispongo de la primera temporada [son 4 de momento] y que veré antes o después), Misfits tira por un lado un tanto más cómicamente gamberro, bebiendo mucho del protagonismo de Nathan, un chico que va de gracioso por la vida, pero con mucho carisma, y dejando al resto de personajes que interfieran en la trama para crear una historia redonda que te hace pensar sobre el qué harías tú si de repente tuvieras poderes. ¿Salvarías el mundo, como en la mierda de Héroes (y en vez de eso, la cagarías una y otra vez) o dejarías de lado esos aires de grandeza que siempre tienen los americanos (se me olvida, tanto Misfits como Skins son series inglesas) e intentarías seguir como si nada hubiera pasado, como pasa con estos jóvenes ingleses? Altamente recomendable. Los seis capítulos pasan en un suspiro... y en realidad, aparte de The Big Bang Theory, hacía mucho que no me reía tanto con una serie (sí, estoy diciendo que How I Met Your Mother está perdiendo brillo... salvando al siempre enorme Barney Stinson).

14. Y como no me gustan los números impares, aquí un bonus track: Castle o Nathan Fillion encontrando su sitio. En el movimiento seriéfilo de la blogosfera, Nathan Fillion siempre ha destacado por su encanto y carisma, y también, por ser un serial-killer. Serie en la que aparecía, serie que se cancelaba. Incluso cuando tuvo un pequeño papel en Desperate Housewives se hablaba de la posibilidad de que esa también terminaran cancelándola, y que sería demasiada coincidencia que fuera durante su aparición (claro que lo decían desde el cariño). Hoy goza de una más que merecida plaza en una de las series más amenas y divertidas de la televisión americana. No es un producto como Mad Men ni mucho menos. No. Es la serie que nos gusta ver a todos para pasar un buen rato y disfrutar de una de las mejores relaciones paterno-filial desde Gilmore Girls... Pasarlo bien con un protagonista lleno de carisma (y que sabe que lo tiene), simpatía y buen fondo (en serio, no atisbo nada oscuro en él) que, aunque no llegue a los niveles de Reese y Crews (aysh aysh... snif), forma un buen dúo con Beckett. Y por supuesto, esa tensión sexual no resuelta que, antes o después (nos harán esperar 5 o más temporadas, como en Bones?), por supuesto, se resolverá. Chapó por otorgarle una 2da temporada y esperemos que, con las audiencias que está teniendo, también goce de una 3ra.

Ya está. No más. Bye, bye!

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