27/7/09

Fantasmas II

Galimatías
Un poema sobre el Reverendo Sin Dios

"Hasta Génesis, capítulo once -dice el Reverendo
Sin Dios-, no teníamos guerras."
Hasta que Dios nos puso a pelear entre nosotros durante
el resto de la Historia de la Humanidad.

El Reverendo Sin Dios en el escenario, sus cejas están
depiladas y tienen forma
de arcos gemelos trazados a lápiz, y debajo de cada una
de ellas,
un arco iris de sombra de ojos con brillo en tonos del
rojo al verde.
Y sobre el músculo de un bíceps desnudo y protuberante,
bajo el tirante de espagueti de un vestido de noche de
lentejuelas rojas,
hay tatuada una calavera debajo de cuya barbilla pone lo
siguiente:
Muerte Antes Que Deshonor.

En el escenario, en vez de un foco, un fragmento de película:
un documental sobre viajes que muestra iglesias,
mezquitas y templos.
Líderes religiosos con túnicas enjoyadas
saludando con la mano a las multitudes desde coches
blindados.

El Reverendo Sin Dios dice: "En una llanura en la tierra de
Shinar, todo el mundo trabajaba por un mismo fin".
La humanidad entera con una meta común,
un sueño grande y noble por cuya realidad trabajaban
codo con codo
en aquella época previa a los ejércitos y las armas y las
batallas.
Y Dios bajó la vista y vio la torre que estaban levantando,
aquel sueño común de la gente,
elevándose poco a poco, un poco demasiado alta para su
gusto.
Y Dios dijo: "He aquí a un solo pueblo... y esto no es más
que el principio de lo que van a hacer... Nada de lo que
se propongan estará fuera de su alcance...".
Sus palabras, en Su Biblia. Libro del Génesis, capítulo
once.

"Así que nuestro Dios", dice el Reverendo Sin Dios, con los
brazos desnudos y los músculos de las pantorrillas
punteados,
con las marcas negras del pelo afeitado que le crece en
todos los poros,
dice: "Nuestro Dios todopoderoso se asustó tanto que
dispersó a la especie humana
por toda la Tierra,
y disgregó su idioma para mantener a sus hijos
separados".

Parte transformista de cabaret y parte marine retirado, el
Reverendo Sin Dios,
con sus lentejuelas rojas centelleantes, dice:
"¿Un Dios todopoderoso y es tan inseguro
como para enfrentar a sus hijos entre ellos y así
debilitarlos?".
Dice: "¿Ese es el Dios al que se supone que tenemos que
venerar?".

Chuck Palahniuk

No hay comentarios: