5/6/08

Una calle

Hoy he vuelto a sentir que no era yo la que caminaba.

Una fuerza se ha adueñado de mi yo cuerpo, mientras que mi yo mente se quedaba rezagada una calle por detrás. Diez segundos por detrás. Una vida por detrás. Mi yo mente se ha ausentado de mi yo cuerpo. Se ha separado de él, liberándose de la cansada cárcel que lleva arrastrándola a un estado de agotamiento continuo. El instante de separación se ha prolongado, convirtiendo esa pequeña sensación en un abismo, que engulle, que desorienta.

Cuando mi yo mente ha decidido volver a mi yo cuerpo, el tiempo había pasado y el camino estaba hecho. Solo un instante en el que fingir estar en otro tiempo y otro lugar. Volver a la realidad, sabiendo que no voy a donde quiero ir, y que haré algo que no quiero hacer. Que existe un largo camino que todavía hay que recorrer. Con mis pasos o con los de esa fuerza. Con mi yo mente y mi yo cuerpo. O separados. Nunca sabré en qué momento mi yo mente decidió regresar a mi yo cuerpo y si creyó que realmente era necesario. ¿Por qué no evadirse toda una vida? O diez segundos por detrás. Sólo a una calle por detrás.

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