A mi, generalmente, me gusta la lluvia. Me gusta la atmósfera que se crea cuando las nubes grises se posan sobre nuestras cabezas, y empiezan a avisarnos con una pequeña llovizna, para luego dar paso a la tormenta. Me gusta sobre todo, si la veo desde dentro de algún lugar que me resguarde de ella. Me gusta esa pequeña amenaza, cuando las gotas golpean el cristal de las ventanas, y el viento agita las contras y se cuela entre las pequeñas ranuras que no están bien cerradas.
Si la lluvia es ligera, no me molesta salir a la calle. Normalmente, no llevo paraguas, porque pienso que es un tremendo coñazo, y si lo que cae es tormenta, al final no te sirve de nada. Yo voy con mi chubasquero, más feliz que una perdiz. Sin molestar a nadie. Por que ahí está la cuestión del asunto. El no molestar.
La cosa es que en Barcelona ha estado lloviendo durante dos días. He podido salir a la calle tranquilamente, y aunque he llegado al trabajo algo empapada, no ha sido nada del otro mundo, ya que he podido seguir con el día a día y todavía estoy viva. El primer día de lluvia, salí con el paraguas. Craso error, porque no me sirvió un carajo. El viento cambiaba cada vez la dirección de la lluvia, y como el paraguas es de esos que le compras a un chino que te cobra 3€, pues no puedes esperar que sea resistente y que no se doble con vientos de 20Km/h. A la vuelta del trabajo, que en realidad fue la vuelta de una fiesta que hizo mi hermano por su cumpleaños, no tuve ningún problema, ya que tuve la enorme suerte de que uno del grupo me dejara al lado de la puerta del edificio... por lo que ni siquiera tuve que abrir el paraguas.
El problema se dio el día de ayer. Con las prisas (y realmente, siendo consciente, porque pasaba mucho de ir con él) de salir para el trabajo, me olvidé el paraguas. La lluvia no era gran cosa, pero sigue siendo lluvia, y moja. Mi chubasquero aguanta bastante. El problema es que es corto, y los vaqueros no tienen resguardo alguno. De camino hacia el Metro, ya me topé con alguno de esos paraguas gigantes que amenazan con sacarte un ojo sólo porque el propietario se piensa que es el ÚNICO EN UNA ACERA DE 1 METRO. Aparte, de que van a un ritmo extremadamente lento. Y tú no puedes maniobrar un adelantamiento, porque el paraguas ocupa 3/4 partes del espacio, y tú hace tiempo que dejaste de ocupar 1/4. Hasta que murmuras, farfullas o blasfemas algo, y entonces se hacen los ofendidos (!!!!), y se apartan.
Pero lo que me tocó la moral fue a la vuelta. Hay un sentimiento generalizado en todas las personas que van con paraguas por la calle. Aunque sean cuatro gotas, hay que abrirlo y sacar provecho de él, porque claro... no son cosas discretas, y en realidad, es una lata llevarlo encima. Aún así, a pesar de esas cuatro gotas e ir con paraguas, ¡¡van por debajo de los techos que hacen los balcones de los edificios!! PERO VAMOS A VER, SEÑORES Y SEÑORAS DE LOS PARAGUAS GRANDES... ¿Ustedes no se están protegiendo de la lluvia con el señor paraguas? ¡¡¿PORQUÉ NO ME DEJA A MI EL RESGUARDO DE LOS BALCONES, QUE VOY SOLO CON UN CHUBASQUERO Y LA LLUVIA EMPIEZA A AUMENTAR?!! Pues no, ahí los ves, a todos... en fila. Pegados a la pared, pero con su paraguas. Y claro... yo voy con el chubasquero, voy rápido porque así me mojo menos... pero tengo que ir sorteando a esta gentuza, porque no me dejan pasar. Ayer ya me cabreé, y primero, me colé debajo del paraguas de una señora mayor, que lo estaba inclinando hacia abajo y hacia la izquierda. No quería frenar el ritmo, así que me agaché y pasé por debajo, en plan violenta. No sé si me dijo algo porque llevaba los cascos, pero me importa un pimiento. La persona con la que iba llevaba un paraguas mucho más grande que yo, y encima iban por debajo de los balcones. Yo solté alguna palabrota, porque iba ya con un pique de tres pares de narices. Más adelante, me encuentro a un padre con su hijo, ambos dos con unos paraguas poco discretos. Me metí por la derecha (el lado de los balcones), y el niño empezó a pararse, a jugar con el paraguas, sin dejarme sitio para pasar... hasta que metí la mano en el paraguas y lo aparté. Su padre le llamó la atención, y yo hice un gesto con la mano en plan: ¡¡Quite a su hijo de en medio si no sabe ir con paraguas, JODER!!. Llegué a casa calada.
La gente no tiene campo de visión. No sabe sopesar en un instante todas las posibilidades. Si tienes paraguas, no vayas por el resguardo de los balcones. HAY MUCHA GENTE QUE SOLO VA CON CHUBASQUERO. No seas egoista.
Por eso yo voy sin paraguas la mayoría de las veces. No sirven de nada. Si al final lo único que no te mojas con ellos es el pelo. ¿A quién queréis engañar? Que para eso ya están las capuchas.
Muerte al paraguas.
Si la lluvia es ligera, no me molesta salir a la calle. Normalmente, no llevo paraguas, porque pienso que es un tremendo coñazo, y si lo que cae es tormenta, al final no te sirve de nada. Yo voy con mi chubasquero, más feliz que una perdiz. Sin molestar a nadie. Por que ahí está la cuestión del asunto. El no molestar.
La cosa es que en Barcelona ha estado lloviendo durante dos días. He podido salir a la calle tranquilamente, y aunque he llegado al trabajo algo empapada, no ha sido nada del otro mundo, ya que he podido seguir con el día a día y todavía estoy viva. El primer día de lluvia, salí con el paraguas. Craso error, porque no me sirvió un carajo. El viento cambiaba cada vez la dirección de la lluvia, y como el paraguas es de esos que le compras a un chino que te cobra 3€, pues no puedes esperar que sea resistente y que no se doble con vientos de 20Km/h. A la vuelta del trabajo, que en realidad fue la vuelta de una fiesta que hizo mi hermano por su cumpleaños, no tuve ningún problema, ya que tuve la enorme suerte de que uno del grupo me dejara al lado de la puerta del edificio... por lo que ni siquiera tuve que abrir el paraguas.
El problema se dio el día de ayer. Con las prisas (y realmente, siendo consciente, porque pasaba mucho de ir con él) de salir para el trabajo, me olvidé el paraguas. La lluvia no era gran cosa, pero sigue siendo lluvia, y moja. Mi chubasquero aguanta bastante. El problema es que es corto, y los vaqueros no tienen resguardo alguno. De camino hacia el Metro, ya me topé con alguno de esos paraguas gigantes que amenazan con sacarte un ojo sólo porque el propietario se piensa que es el ÚNICO EN UNA ACERA DE 1 METRO. Aparte, de que van a un ritmo extremadamente lento. Y tú no puedes maniobrar un adelantamiento, porque el paraguas ocupa 3/4 partes del espacio, y tú hace tiempo que dejaste de ocupar 1/4. Hasta que murmuras, farfullas o blasfemas algo, y entonces se hacen los ofendidos (!!!!), y se apartan.
Pero lo que me tocó la moral fue a la vuelta. Hay un sentimiento generalizado en todas las personas que van con paraguas por la calle. Aunque sean cuatro gotas, hay que abrirlo y sacar provecho de él, porque claro... no son cosas discretas, y en realidad, es una lata llevarlo encima. Aún así, a pesar de esas cuatro gotas e ir con paraguas, ¡¡van por debajo de los techos que hacen los balcones de los edificios!! PERO VAMOS A VER, SEÑORES Y SEÑORAS DE LOS PARAGUAS GRANDES... ¿Ustedes no se están protegiendo de la lluvia con el señor paraguas? ¡¡¿PORQUÉ NO ME DEJA A MI EL RESGUARDO DE LOS BALCONES, QUE VOY SOLO CON UN CHUBASQUERO Y LA LLUVIA EMPIEZA A AUMENTAR?!! Pues no, ahí los ves, a todos... en fila. Pegados a la pared, pero con su paraguas. Y claro... yo voy con el chubasquero, voy rápido porque así me mojo menos... pero tengo que ir sorteando a esta gentuza, porque no me dejan pasar. Ayer ya me cabreé, y primero, me colé debajo del paraguas de una señora mayor, que lo estaba inclinando hacia abajo y hacia la izquierda. No quería frenar el ritmo, así que me agaché y pasé por debajo, en plan violenta. No sé si me dijo algo porque llevaba los cascos, pero me importa un pimiento. La persona con la que iba llevaba un paraguas mucho más grande que yo, y encima iban por debajo de los balcones. Yo solté alguna palabrota, porque iba ya con un pique de tres pares de narices. Más adelante, me encuentro a un padre con su hijo, ambos dos con unos paraguas poco discretos. Me metí por la derecha (el lado de los balcones), y el niño empezó a pararse, a jugar con el paraguas, sin dejarme sitio para pasar... hasta que metí la mano en el paraguas y lo aparté. Su padre le llamó la atención, y yo hice un gesto con la mano en plan: ¡¡Quite a su hijo de en medio si no sabe ir con paraguas, JODER!!. Llegué a casa calada.
La gente no tiene campo de visión. No sabe sopesar en un instante todas las posibilidades. Si tienes paraguas, no vayas por el resguardo de los balcones. HAY MUCHA GENTE QUE SOLO VA CON CHUBASQUERO. No seas egoista.
Por eso yo voy sin paraguas la mayoría de las veces. No sirven de nada. Si al final lo único que no te mojas con ellos es el pelo. ¿A quién queréis engañar? Que para eso ya están las capuchas.
Muerte al paraguas.
2 comentarios:
Me recuerda a un post que puse hace tiempo... xDDD También estaba indignada porque me había pasado algo parecido.
Pero es una lucha infructuosa, querida Mirita. La gente no tiene civismo cuando se trata de salvar el culo, en este caso intentar que no se les moje xD.
Pero de vez en cuando se produce el milagro. Recuerdo un día de lluvia intensa en Salamanca. Yo me había dejado el paraguas por ir con prisa, y justo me pilló un semáforo en rojo y sin posibilidad de resguardarte bajo una repisa. Así que me podía haber calado hasta los pies en lo que se ponía en verde. Pues una chica que estaba al lado, sin decir nada, arrimó su paraguas para que yo no me mojara en lo que pasaba al otro lado. Aun existen personas humanas :_)
Pues yo soy de los que usa paraguas XD aunque parezca raro por aquí ha habido una primavera con mucha lluvia y nunca me han gustado los chubasqueros :P
Y debo tener suerte porque es un paraguas de 6€ (por lo que el voento le ha dado la vuelta ya 5 o 6 veces XD) y sólo tiene una varilla suelta.
Lo de ir por debajo del balcón es por los pies, llevo paraguas pero voy en deportivas XDDD
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