22/4/07

El Conde de Godó I

Era una cálida mañana en la que la niebla había hecho una aparición espontánea. Su aspecto de guiri no la hacía desentonar, pues en el lugar, aparte de su madre, había también muchos extranjeros, que acudían allí para disfrutar de un día de sol y tenis.

Su estómago se resentía todavía del día anterior, en el cual unos macarrones con atún no le sentaron demasiado bien, y había tenido dos encuentros con el baño un tanto desagradables. Le habían recomendado beber, poco a poco, Aquarius, así que, a la mañana del día siguiente, antes de de salir de casa, cogió la botella de un litro de la bebida mágica que le había traído su madre.

Y ahí estaban las dos, sentadas primero en 8va fila, en el centro de la pista. El día se presentaba tranquilo, con el gran momento de re-encontrarse con el "Brazo de Hierro" (según su madre). Las glorias de otra era hacían acto de aparición en su propio mini-torneo.

El primer partido, jugado por Leconte y Pioline. Bastante flojo. Para pasar el rato. Distraerse de vez en cuando. Escuchar la conversación de los cuatro abuelos que tenían detrás. "Ahora va a hacer un ACE" (pronunciado tal cual, que no "eis", como vendría a ser xD). Después de dos o tres bromas forzadas de Leconte, el partido acabó a favor de éste, y nuestras protagonistas decidieron bajarse a la segunda fila para ver mejor la melena de Sergi Bruguera, porque era el siguiente.

No antes de las 14h, Sergi Bruguera hizo acto de aparición, junto a Carl-Uwe Steeb, los dos "juzgados" por un árbitro al que le sentaba muy bien el sol de estos días. Más que ver el partido, nuestra protagonista más joven se distrajo con los tics de dicho árbitro, que para su opinión, escondían un encanto irresistible (xD). Al final el catalán se desató la coleta, dejando ver en todo su esplendor sus tirabuzones que por cierto, no le favorecen demasiado. Ese gesto fue después de proclamarse vencedor del partido. Y las dos tenían que reconocer que el muchacho se lo había trabajado.

Y entonces llegó el momento. Thomas Muster hacía su aparición en la pista, junto con un Jordi Arrese atlético que corría y devolvía cualquier cosa. De todo el público que podía haber en la pista, ella y su madre debían ser las únicas que iban a animar al austriaco. Pero no importaba. Mientras se sucedía el partido, su madre le contaba historias del luchador. Ella había oido de Muster cuando era pequeña. Incluso le había visto alguna que otra vez, en la TV... En algún Roland Garros...Quizás el que ganó. Pero ella se acordaba de su nombre. Su madre le empezó a refrescar la memoria. "Le llamaban "el Brazo de Hierro" o "el Imbatible" en tierra batida." Mientras, el hombre perdía 6-0, y entre juego y juego, hablaba consigo mismo, haciendo referencias al encordado de la raqueta, que parecía no ser el correcto... y a las molestias que sentía en el cuello. Pero no perdía el sentido del humor, e hizo unas bromas al público... y alguna que otra al árbitro. De repente, Muster vio la luz, y en el segundo set ganó por fin su primer juego, mientras el público estallaba en una ovación de júbilo, y él mismo, en su pequeño gran rincón que era la pista, alzaba los brazos y se reía. Su voz grave y sexy (xD) se oía de vez en cuando, mientras hablaba y bromeaba con su colega Leconte, que se pasó a ver el partido desde uno de los palcos más cercanos a la pista (en este tipo de torneos, cuando juegan las antiguas estrellas, se permite la broma y el despiste... es uno de los requisitos xD). Se iba sucediendo el segundo set, que no terminaba de caer a favor de ninguno, puesto que tuvieron que hacer tie-break. Antes de eso, se conoció la trágica historia de Muster. Bueno... se conoció no, ella conoció, porque no tenía ni idea. Resulta que el hombre, habiendo pasado la semifinal de un torneo hace ya unos cuantos años (1989), un conductor borracho le atropelló, destrozándole las piernas. Se sometió a la operación, y mientras se recuperaba, fabricaron una silla de ruedas especial para que el hombre pudiera seguir entrenando su brazo/muñeca y no perder el fondo físico. Ahí es nada. Al cabo de 6 meses, volvió a las pistas de tenis. "Era todo un luchador" dijo su madre (la de ella, no la de Muster xD).

Al final, perdió el partido, pero no importaba. Había sido el más emocionante hasta entonces. Muster se iba con la cabeza bien alta y con los ánimos de dos guirufas. En su mente (la de ella) siempre quedará grabada su voz grave y llena de personalidad y fuerza, y la entera grandeza que podía residir en un cuerpo tan pequeño (xD).

Por último, como la guindilla del pastel, decidieron "sorprender" al público (sorprender no, porque desde el día anterior, se sabía cuál sería el último partido, pero ya se sabe que lo mejor siempre lo guardan hasta el final) con el señor McEnroe y Richard Krajicek, un paisano de la madre.

Sabiendo lo que sabía de McEnroe... habiendo visto lo que vio en la TV, de partidos del año de la pera en los que todavía usaban aquellas raquetas de madera tan pesadas, ella prefería pensar en él como el tío del anuncio de un coche, haciendo de sí mismo. "YOU CAN NOT BE SERIOUS!!" "It was on the line, wasn't it?". Menudo personaje. A los dos minutos ya se estaba quejando del árbitro (que volvía a ser el de los tics sexys). Antes de eso, su madre le había estado contando cómo la lió el día anterior. Pero no importaba, porque nadie arreglaba lo aburrido que era el partido. Krajicek tenía molestias en una pierna, así que acabó por retirarse, no sin antes dar tiempo a McEnroe para volver a quejarse una vez más. Whatever.

El día terminó con un "pà amb tumaca" (pan con tomate a lo Miriam xD), y con unos brazos y unas piernas que comenzaban a adquirir un tono gamba. "Puedo conseguir una entrada para ti para el martes, si quieres", le dijo su madre, a lo cual ella no pudo negarse.

Una nueva jornada de tenis le espera pues el 24/04, en el torneo del Conde de Godó, con los tenistas del ahora. Podrá reencontrarse de nuevo con Marat Safin, que desde aquel lejano no sé qué año 2000-algo, lo vio en uno de los Mallorca Open. Podrá ver de nuevo a Calleri. ¡A Gastón Gaudio! A Rafael Nadal... que aunque lo viera cuando el chaval era un niño que comenzaba a despegar, debe ser ahora todo un espectáculo verlo en acción en pleno directo. Así que preparen motores, que aquí hay chicha, y por supuesto, nuevo resumen (y quizás fotos hechas por ella misma, si hace buen tiempo xD).

Adeu siau.
PD: El de la fotografía es Thomas Muster, por supuesto xD.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

McEnroe es un gilipollas de mucho cuidado, es odioso, le tengo mucha tiña a ese tio xDD

Suerte, podrás ver al nuevo campeón de Montecarlo, es decir a Nadal xD

Anónimo dijo...

Por dió, Miriam, podrías dedicarte a comentarista de partidos de tenis xDDDD

Iriel dijo...

Quiero ver a Gaudio :_( xDDD

Yo no entiendo nada de tenis, eh xD

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