28/2/10

Drumming

Cuando, esporádicamente y parafraseando a Galadriel, digo que el mundo está cambiando, en realidad, y aunque haya algunos que se lo tomen a broma, lo digo bien en serio.

Hoy, durante el desayuno, al tomar los últimos tragos de mi café, vi, a un lado de la mesa, un periódico abierto por una página que contenía un sudoku. Ya sabéis vosotros que cuando empezó todo el boom de los sudokus, yo no hice nada más que ignorarlos, porque bien se sabe por estos lares que yo no me llevo muy bien con los números... que lo mío, si es que algo es mío, son las letras. Así que, en esa relación de evitarlos, jamás me propuse hacer uno... por lo que jamás hice ninguno. Pues ahí estaba yo, sentada y mirando el sudoku. Mirando fijamente los números. Mirando fijamente las líneas rectas que lo delimitaban. Y viendo qué podía poner dónde.

45 minutos después, no pude reprimir un pequeño grito de victoria, con el cual concluía mi primera (y quizás única... ahora mismo no puedo estar segura, pues quizás se me ha abierto otro nuevo mundo) experiencia [satisfactoria] con un sudoku.

Aquí lo dejo, pues.

1 comentario:

Alonsa dijo...

Pues no veas la compañía que hacen en los viajes. Con un par de sudokus de un nivel complicadillo, te haces la mitad del trayecto sin enterarte xD
Seguro que no es el último que haces ;)