Arizona

Ser una roca tiene sus ventajas. Al menos de momento.

1. Ojos que no ven, corazón que no siente. Y un clavo quita a otro clavo.

2. Estoy incentivando a mis vendedores del Fnac con magdalenas y brownies. A final de mes os diré si funciona o no (es decir, si sigo en nómina o no).

3. El jueves fui a una cena de Olympus para el Fnac a un japonés que estaba de muerte. Luego, nos fuimos de fiesta, cuatro de la Illa y el resto del Triangle. Impresionante. Me lo pasé teta. Necesitaba algo así, la verdad. Eso sí, al día siguiente estaba hecha polvo, xDD. Entrar a las 3 a trabajar, para nosotros cuatro, fue algo muy duro.

4. Ayer tuve una visión. Estaba en Mallorca. En un piso luminoso. No sé si en el centro, o por algún pueblo de las afueras. Todo bien ordenado (...), un televisor decente. Un sistema de audio potente, con el Ipod sonando. Un sofá cómodo (no como la mierda que tenemos en Barcelona). Teresa estaba conmigo. Y Helo, nuestro perro. Yo me iba a trabajar al aeropuerto. Teresa, a una biblioteca. Y en nuestros días libres, nos íbamos con el coche (evidentemente) a descubrir nuevas calas. Y si no íbamos a la playa, nos íbamos a comer a casa de mis padres. Lo vi muy claro. Pero me faltaban algunas cosas. Algunas cosas de las que me costaría deshacerme si me fuera de aquí. Pero como bien dicen, el que quiere algo, algo le cuesta.

5. Soy una roca.