21/5/08

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Hay una canción que tiene función de sedante. No es que me atonte, ya sabéis a lo que me refiero. Es una canción que me calma todo el estrés que pueda llevar acumulando desde el 10 de Marzo*. El cantante usa una tesitura en la voz, pausada, grave y tranquila, que crea una atmósfera totalmente adecuada para desconectar de todo lo que se venga encima. No piensas en nada, simplemente escuchas la canción. Te transportas a algún lugar en el que los problemas no existen. Y a pesar de su tono nostálgico y melancólico, no hace sino darte algunos pequeños rayos de esperanza. Es una delicia para los oídos y el alma.

Necesito recurrir a ella (o debería hacerlo) puesto que estoy saturada. Me estoy espabilando, sí, pero de todas maneras, creo que me falta tiempo. Tiempo que, realmente, el FNAC me quita, pero que no puedo exigir. No me cambiarán el turno al de mañana, y realmente, no creo que fuera esa exactamente la solución. No hay solución más que excepto la que me aconsejó mi madre: "Aprieta los dientes. Un último esfuerzo". En ello estoy. Estoy en una pre-fase al super-estrés. Todavía voy ligera al trabajo y pienso furtivamente en algún trabajo específico de clase. Pero luego llego a casa y es horroroso. Primero, porque sigo sintiéndome no muy bien en este piso... sigo queriéndome ir, deshacerme de esta monotonía que se ha establecido y que me queda muy grande (y la cual cada vez me produce más repelús). Segundo, porque aunque me siente a cenar, pienso que estoy perdiendo el tiempo (como ahora también, que en vez de actualizar el blog, podría estar preparando las imágenes que tengo que llevar a imprimir al laboratorio). Pienso en un trabajo, pero no es como en el FNAC, que llega Abel y me distrae con cualquier tontería para hacerme reír, entre otras cosas... y desde ese trabajo de clase, y me voy a otro, y a otro, y a los otros que me faltan. Sí, voy acabando unos, pero los grandes, los que pesan siguen en la sombra. Hay que sacarlos a la luz, ver cómo no brillan y ... de una u otra forma, darles vida.

Pero me faltan fuerzas. Y aunque la canción me haga despreocuparme de estas cosas por cuatro minutos aproximadamente, es una evidencia. Está ahí, es palpable... y hasta el 15 de Junio esto será algo parecido a un Infierno, porque aparte, también empieza el verano. Hoy por primera vez en mi vida me he visto las ojeras. ¡Yo!, que jamás he conseguido distinguírmelas, aunque tuviera. Y aun así, parece que exteriormente estoy en uno de mis mejores momentos, porque bastante gente me ha dicho lo guapa que estoy... (?) No lo entiendo, en serio.

¿Mi recompensa? Mi padre diría "aprobar el curso". ¿Que qué digo yo? Ninguna. Ni pasar el verano en Mallorca... ni dinero para disfrutar de vacaciones si es que el FNAC me las da. Trabajar y pagar el alquiler... que no es un alquiler que realmente disfrute. En fin... me voy a volver a poner la canción, a ver si ... no acabo pegándome un tiro o tirándome por la ventana (es un 6to... puede que baste) (lo sé Madre, exagero).

[*Me he llegado a plantear que no sé hacer dos cosas a la vez. Cuando trabajo, sólo sé trabajar, y soy incapaz de llevar el ritmo del resto de vida, sobre todo el de clase. Me pasó cuando empecé en el video club y me está pasando ahora.]


1 comentario:

Alonsa dijo...

Compaginar trabajo con estudios siempre me ha parecido una proeza, y la gente que lo hace unos valientes. Creo que si hay momentos en los que te sientes desbordada por uno u otro, no deberías atormentarte tanto, puesto que estás haciendo un esfuerzo enorme y eso debería bastar para hacerte ver lo valiente y trabajadora que eres.
Por otra parte, no sé cómo serán esos trabajos, pero entiendo que exigen un plus de concentración y atención, junto con la paranoia que tienes sobre la brillantez de tu trabajo (con la cual ya sabes que no estoy de acuerdo ¬¬), deben estar haciendo mella en tu estado de ánimo.
Pero yo confío en que sacarás los trabajos adelante y con buenas notas. Y, ya sabes, si necesitas algo... ;)
Arriba SuperMiri!!!!